Monday, October 06, 2008

40 días: La rebelión de los ricos 2

"No estoy enojado por que haya gente pobre. No me enoja el despojo de los campesinos. Ni que los ricos se gasten el patrimonio común. Me encabrona que a mi no me toco más. . . " Más o menos así va una línea de Pato, uno de los personajes de la película 40 Días. Dirigida por Juan Carlos Martín y escrita por Pablo Soler Frost, 40 Días es un viaje de expiación de tres mexicanos. Como Cristo que camino por el desierto, los tres amigos, Pato, Ecuador y Andrés viajan en automovil (Un Merecedes 500 convertible) desde sus departamentos en las colonias Roma y Condesa, hasta Nueva York, pasando por Real de 14 y de regreso.

Los tres, con varo y visa (y un crew trasbambalinas) cruzan del otro lado y van filmando cliché tras cliché. Hay algunas tomas originales de Nueva Orleans después de Katrina, pero fuera de eso el director no deja pasar oportunidad para filmar clichés actuales y pasado de moda: el trio en el descapotable cruzando Washington Bridge, la diva exhalando su cigarrillo en close up, las larga carretera en el desierto de Arizona, el trio cantando música pop (¡Luis Miguel!) mientrás el aire les agita la cabellera .

Las actuaciones son llanamente malas, en particular la de Andrés. Tal vez la única virtud de la peli es haber filmado un road movie de un jalón y con bajo presupuesto. México ha de ser de los poquísimos países donde el cine experimental tiene acceso a las salas comerciales. Es el caso de DramaMex y ahora 40 Días. Sin embargo las historias suelen ser sosas y en el caso de 40 Días, llena de mochilerias culposas. Pato es un homosexual guadalupano que asiste a misa aún estando en Louissiana; Andrés es un anexionista que es capaz de aceptar que los Estados Unidos son un imperio, por lo que obviamente el "anticristo será gringo"; Ecuador es una actriz de izquierda que le encanta el shopping (o eso parece). Entre el performance y el scouting de locaciones, los tres pésimos actores (el menos malo es Pato) filman en Manhattan, una recreación del asesinato de John Lennon. Fuera de eso, Martín flma clichés y statements políticos y/o culturales, uno se sucede al otro, de tal manera que queda claro que los personajes (el director y el guionista incuidos) tienen lana, pero no son fresas, son intelectuales, pero no de izquierda, y hasta fumán mota . . . ¡Vaya manera de salir del closet! . . . Es un válido ejercicio de libertad, pero mal cine. . . Es la versión melodramática de As good as it gets, sin sentido del humor. . .muy a la mexicana. . .

No me extraña de Pablo Soler Frost . . . confieso que he leido "1767". . . compraré "Yerba Americana", ¡qué puedo perder!. . .